Avanza la restauración de la imagen de La Inmaculada

La Inmaculada recupera su belleza gracias a las aportaciones de los Antiguos Alumnos


Quince días fue el tiempo que tardó la Asociación de Antiguos Alumnos de Jesuitas de Valencia en reunir el dinero necesario para recuperar la que es, probablemente, "la imagen más querida del Colegio", la de La Inmaculada. Dos semanas desde que el presidente, José María Musoles, propusiera a los miembros de la asociación recuperar la escultura que preside la celebración en su festividad, cada 8 de diciembre, en la Iglesia Jesuitas Valencia.

La respuesta fue "algo sorprendente", destaca. "Teníamos ciertas dudas al principio, por algunas experiencias anteriores y porque la cantidad a cubrir no era baladí, pero nos quedamos realmente sorprendidos puesto que en solo quince días las aportaciones habían cubierto el presupuesto".

La iniciativa surgió después de trasladar la figura el año pasado desde su Capilla al Altar Mayor: "Nos dimos cuenta que tenía una serie de grietas que parecían ya peligrosas de cara a esos traslados que hacemos anualmente", apunta Musoles.

La restauración se puso en manos de uno de los mayores expertos de la ciudad, Pedro Arrúe de Mora. El pasado mes de abril se desmontó la imagen de su capilla y se trasladó hasta el céntrico taller del restaurador valenciano. Allí, la imagen ha sido tratada con mimo por Arrúe y su equipo, que ha trabajado en un primer momento "en encontrar la fórmula de limpieza que respondiera a las características de la escultura". 

"La imagen tenía muchas patologías en forma de fisuras, acumulación de suciedad, de polución", explica. Esa suciedad "se agarra" al pigmento y es necesario "experimentar" con diferentes fórmulas hasta encontrar la que consigue "una mejor limpieza de la figura". 

En las imágenes que acompañamos, se puede observar la imagen de La Inmaculada, tal y como se encontraba en su capilla, y cómo está quedando después de los primeros trabajos de limpieza.

Explica Pedro Arrúe que "antes de intervenir y de limpiar se fijó la película pictórica en todas las zonas en las que había grietas o fisuras". Con esta medida se consigue que "el daño no vaya a más".

Con las catas posteriores, se averiguó qué fórmula servía para limpiar cada una de las zonas "según los pigmentos y según los colores", apunta el restaurador.

El siguiente paso ya consiste en "proteger toda la película pictórica" e iniciar un proceso de "reintegración" consistente en recomponer "las faltantes de color" que puedan existir en la imagen.

Todo el proceso de recuperación está siendo documentado al detalle por el equipo de restauradores y os iremos informando de las diferentes etapas de la misma.

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